Las semillas son muy pequeñas y tienen un sabor parecido a la nuez, contienen una gran cantidad de aceite comestible, y casi un 50% de su composición posee dos sustancias: sesamolina y sesamin, que ayudan a regular el colesterol previenen la hipertensión y favorecen la humectación de la piel, también son ricas en proteínas, calcio y vitamina b. y son una buena fuente magnesio, fósforo, hierro y zinc, entre otros.
El ajonjolí está compuesto de :
Cobre. Indispensable para tener un sano tejido conectivo, una sólida estructura ósea, articulaciones elásticas y vasos sanguíneos tonificados.
Vitaminas del complejo b. Básicas para regular el sistema nervioso
Fibra. Importante para mejorar las funciones intestinales y tener mejor absorción de los nutrientes en las células.
Minerales. Como el magnesio, que previene la migraña; el calcio, necesario para fortalecer a los huesos; potasio, regulador de la función de los líquidos en el organismo, por lo que ayuda a disminuir la presión arterial; hierro, recomendable en casos de anemia; zinc, estimulante del sistema inmunológico y reproductor; y manganeso, necesario para la formación de algunas enzimas.
Triptófano. Un relajante excelente para aminorar el estrés y ayuda a conciliar mejor el sueño.
Ácidos grasos esenciales (omega 3 y 6). Que reducen el colestero en la sangre, combaten la fatiga mental y física, y hasta la defunción eréctil.
Fósforo. Ayuda a mejorar la capacidad de memoria.
Proteínas y meteoninas. Necesarias para fortalecer los músculos, resultando ideal para los deportistas o quienes hacen trabajos físicos fuertes.
Lecitina. Evita que las grasas se peguen en las arterias.
Fitoestrógenos. Sustancias naturales que regulan los niveles hormonales, son antioxidantes y anticancerigenas.
Tirosina. Importante en las funciones hormonales de la tiroides y el buen metabolismo